Urlicht RICHARD BARRETT
(para 3 vibráfonos, instrumentos auxiliares y espacialización)
Historia(s) de cine ** JOAN G. ALEMANY
(para 3 percusionistas, electrónica y video)
a motion (tus ojos en mí) not a touch (y no yo) * JOSÉ L. TORÁ
(para tres vibráfonos preparados e instrumentos auxiliares)
* Dedicated to Synergein Project
** Estreno Mundial, encargo de Synergein Project
Percussionists: Sisco Aparici, Juanjo Llopico y Marc Moreno
Control y difusión sonora: Iván Ferrer
Urlicht
Urlicht toma su título del segundo movimiento de la Segunda Sinfonía de Gustav Mahler (188894), aunque no pretende asociarse con el texto de Des knaben Wunderhorn que por el cual Mahler musicaliza en esa pieza. Se trata más bien de la metáfora de un universo en evolución, centrado en el despliegue de la asimetría a partir de una condición inicialmente simétrica (el “Urlicht”, por así decirlo), las “condiciones especiales” en la visión de la cosmología de Roger Penrose. En urlicht, esta condición inicial adopta la forma de un acorde de 12 notas, con el que se abre la pieza, que ocupa toda la gama de tonos del vibráfono y consiste en una superposición simétrica de semitonos y terceras mayores. Este acorde se repite fff con una serie de duraciones que son una versión condensada de las proporciones estructurales de toda la pieza. El material tonal del resto podría decirse que emana de este acorde inicial, basándose en seis vectores tonales que oscilan sinusoidalmente a diferentes longitudes de onda entre diferentes pares de los tonos originales, que a su vez convergen gradualmente en un grupo central al final de la octava fase (después de 1056 tiempos).
La obra contiene también sugerencias para el uso de un sistema de espacialización tridimensional.
Historia(s) de cine
Historia(s) de cine» es una composición para tres percusionistas, electrónica y vídeo. Como podemos intuir por el título (traducción literal de «Histoire(s) du cinéma» una de las mejores películas de Jean-Luc Godard), es un homenaje al cineasta que falleció recientemente el 13-09-2022. Si la obra anterior es un gran montaje de diversos materiales (donde el sonido y la música tienen un papel muy importante), «Historia(s) de cine» tomando como punto de partida la película, quiere ser también un gran montaje de sonidos e imágenes, pero totalmente diferentes a los de la anterior obra. El montaje ya empieza en el mismo set-up de los percusionistas, quienes cada uno utiliza una instrumentación propia y diferente del otro (algo poco frecuente). A esta base se añaden otras capas para potenciar la interacción audiovisual, como una música electrónica compuesta por diferentes ruidos tomados de la percusión y fragmentos sonoros, por último, diversos fotogramas y micro-secuencias de diversos films se suceden mezclados a veces hasta lo irreconocible.
a motion (tus ojos en mí) not a touch (y no yo)
Si en una obra escrita el año 2009 (quehacer del tacto full of mirroredness, para dos percusionistas sobre un solo timbal) el centro de la escritura eran el tacto y la mano, en esta nueva obra para 3 vibráfonos preparados, se busca un acercamiento al alejamiento del tacto y de la mano: una mano que tiembla ante el contacto, con la distancia que media entre el intérprete y el cuerpo sonoro (el vibráfono preparado), así como entre los tres vibráfonos (con preparaciones desviadas) y los intérpretes mismos.
El punto de partida es la conocida expresión latina Noli me tangere, aparecida en el evangelio de Juan 20:17, y pronunciada por Jesús tras su resurrección, en el momento en que María Magdalena toma conciencia de quién es quién tiene delante. Noli me tangere se suele traducir como «no me toques», aunque sería más correcto traducirlo como «no desees tocarme». Pero esta expresión latina no es sino la traducción realizada por Jerónimo y que aparece en la Vulgata; el original griego añade un matiz que no se conserva en la versión latina: «no me retengas».
La apertura, por medio de la preparación del instrumento, de un espacio sonoro de temperamento igual hacia uno de microtonalidad enriquecida; la distorsión del espectro armónico de una lámina de vibráfono, habitualmente muy sencillo, hacia una mayor complejidad; el que cada instrumento se «separe» de los otros con principios de afinación diferentes… Todo esto busca hacer aparecer ese espacio pulsante entre los tres instrumentos, siempre condenados a no encontrarse, a no rozarse, a estar en constante partida: se acercan a través de su alejamiento. Los tres intérpretes, tocando lo mismo, no se tocan: imposibilidad del unísono. Y del tacto.